miércoles, 23 de marzo de 2011

"Amiguismo"

Por Matías Bianco.

De los amigos de los protagonistas.

Una de las prácticas más frecuentes y contemporáneas en el ejercicio del periodismo moderno, es la opinión expresada de manera limitada por la amistad. Esto se interpreta partiendo desde un principio básico, que deja en claro, que el comunicador no debe ser amigo de los protagonistas, sino un simple puente transportador de la verdad, entre el personaje o hecho calificado como noticia y la opinión pública.

Los amigos de la verdad.

Notoria, inescrupulosa, con o sin entidad, pero jamás disimulada, puede verse hoy en los medios de comunicación una opinión ejercida desde una absoluta subjetividad, revelada a manos de aquellos que solo quieren vender personajes, que circunstancialmente son amigos y que a veces lejos quedan y más próximos se muestran a la enemistad de sus actuales profetas. Sin dudas esta práctica cada vez más emergente y común, bastardea a la profesión del periodista y la deja más distante de la verdad, que es valor primordial y razón de ser de un comunicador social. Aunque parezca increíble, este proceso se ha convertido en un método de información, y no es difícil notar cuando un “periodista” es cercano o no al círculo íntimo del personaje en cuestión, ya que la crítica constructiva no tiene lugar y solo “los elogios entre líneas” son parte de la información brindada. De no ser del agrado del medio, el personaje o la noticia tratada presenta tintes extremadamente críticos y sin sentido, dejando evidenciado el exacerbado ojo crítico con el que se analiza y expresa la información.

Deporte, política y espectáculos pilares del amiguismo.

Estos tres sectores de la sociedad, son el eje central de esta práctica. En el ámbito político el análisis de este tema se torna más complejo y rodeado de intereses circunstancialmente compartidos. Para dejar en claro lo que digo y mostrar un ejemplo debo mencionar la relación Clarín-Kirchner, que en su primer etapa mostraba solo elogios y virtudes, y que posteriormente conocemos que termino en una segunda fase conflictiva, inaugurada con la frase: “…que te pasa Clarín estas nervioso”, podría no ser la cita textual más sería ya que mutó en algo utilizado para el humor, pero más allá de esta perspectiva, lo que aquí sucedió con ambos protagonistas es la evidencia más clara de que los intereses no son solo de una parte, y que pueden medirse en dinero y sobre todo en algo que no tiene precio que es el poder. En el deporte los amigos de los protagonistas están en todos lados, y sin ningún tipo de vergüenza son capaces de idolatrar y de subir al Olimpo a cualquier figura del momento, sea escaso este momento o se prolongue en el tiempo. Ya en el espectáculo el amiguismo se concreta siempre y cuando el artista de notas y tenga en cuenta al periodista que lo aborda. De acuerdo a la actitud del actor, músico o productor, es en donde el comunicador intenta vender la imagen y los productos derivados de esa figura del espectáculo.

La solución; la honestidad.

El periodista debe ser amigo nada más que de la verdad, no es leal a nadie más que así mismo, no es soldado proselitista de un partido político, es un simple obrero de la información, un complemento transmisor de la verdad y sobre todas las cosas es una rueda de la democracia, que tiene errores y virtudes, pero que jamás podrá ser cuestionado siempre y cuando obre con libertad, honestidad y que al levantar la cabeza solo sienta el peso de sus ideas y que finalmente mida a su orgullo en su nombre y no en efectivo.

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